Excelencia italiana: conocimiento tecnológico, pasión y victorias
En los años 1950, los protagonistas del ciclismo deportivo fueron grandes campeones como Alfredo
Binda y los
inolvidables Fausto Coppi y Gino Bartali. En 1949, el propio Alfredo Binda concibió el Gran
Premio Pirelli, un
campeonato de ciclismo amateur cuya final tuvo lugar en el Velódromo Vigorelli.
El Gran
Premio Pirelli se consolidó
de inmediato como uno de los trampolines más importantes para los jóvenes ciclistas que
aspiraban a una carrera
profesional. Una historia de competición, éxito, innovación, victoria y conocimientos técnicos
que permitieron a Pirelli
volver a las competiciones ciclistas con neumáticos de alto rendimiento.
Es difícil no pensar en la película "La princesa que quería vivir" viendo a esta
“Audrey Hepburn” reeditada por la diseñadora Lora Lamm, en el trabajo de la campaña publicitaria
"Pirelli para el scooter". Pirelli fue la
primera empresa italiana en
producir neumáticos para scooter, allá por finales de los años 1940, suministrando productos
para las legendarias Vespa
y Lambretta.
En un anuncio de 1952 se lee: "Pirelli ha mejorado cada vez más su
producción, con una mayor
variedad de medidas y tipos, tanto que la mayoría de las motocicletas que salen de las fábricas
y circulan en Italia
están equipadas con Pirelli". Hoy, la tradición de la compañía de producir neumáticos para
scooter continúa con el
lanzamiento de nuevos productos para los entusiastas de las dos ruedas.
"Después de cinco largos años de estudio, producimos y pusimos a la venta un nuevo neumático
llamado Cinturato,
construido con criterios completamente diferentes a los anteriores. Su detalle estructural
característico es el cinturón
de tela resistente ubicado entre la banda de rodamiento y la carcasa". Así es como Pirelli
anuncia el nacimiento
del radial Cinturato, patentado en 1951 a partir de estudios del ingeniero Luigi Emanueli y
destinado a revolucionar el
mundo de los neumáticos y de los medios de transporte por ruta o carretera.
En el momento de
su lanzamiento al
mercado, Cinturato se recomienda para automóviles deportivos y, durante la década de 1960, se
consolida en el mercado
internacional como un verdadero ícono del auge económico y de Italia en movimiento. Su éxito
también se debe a la
excelencia de las campañas publicitarias, que la empresa confía a la creatividad de diseñadores
de renombre, como
Alessandro Mendini, Pino Tovaglia, Bob Noorda.
A finales de la década de 1950, Pirelli decidió construir una nueva sede administrativa en el
área que antes ocupaba su
primera fábrica en el centro de Milán: el Rascacielos Pirelli. Un edificio de 31 pisos y 127
metros de altura no solo
para representar el renacimiento de la empresa, sino también para convertirse en el símbolo del
reinicio de la Italia de
la posguerra.
En abril de 1960 se inauguró el Rascacielos. La vida dentro del edificio, con
sus espacios abiertos al
estilo americano, pronto se convierte en la de una pequeña ciudad dentro de la Milán de los años
1960. Los empleados de
Pirelli ocupan todos los pisos a partir del 16º, y los puestos de trabajo están dispuestos en un
espacio abierto y
luminoso, equipado con aire acondicionado.
Pintores, escritores y fotógrafos siempre han interpretado el mundo de la fábrica e del trabajo.
Si la posguerra y la
década de 1950 fueron testigos de un nuevo “renacimiento industrial”, las fotos tomadas en 1962
por el fotógrafo
holandés Arno Hammacher en las plantas de Pirelli son emblemáticas para definir el concepto de
“saber hacer”.
Hasta los días de hoy esta representación de la industria a través de imágenes sigue viva:
los informes sobre las
fábricas de Pirelli en todo el mundo y en fotografías de autor, como las de Peter Lindbergh,
narran la industria 4.0.
Con el piloto Sandro Munari, Pirelli lanzó el neumático Cinturato en las competencias deportivas a principios de los años 1970: colocados en un Lancia Fulvia HF, los neumáticos Pirelli CN36 y los MS35 de invierno, ganaron, con Munari, el Rally de Montecarlo de 1972. Al frente de las competiciones de Pirelli estaba el ingeniero Mario Mezzanotte, que inventa un nuevo Cinturato para competición, el P7, con el que Munari, a los mandos de un Lancia Stratos, ganó tres veces seguidas el Rally de Montecarlo: en 1975, 1976 y 1977.